Por una parte, la introducción de las tecnologías en la
educación es cada vez más necesario para formar a los alumnos y alumnas en la
actual sociedad de la información. Con el avance de las nuevas tecnologías,
cada vez hay mayor número de información a la que los niños y niñas pueden
acceder, y esto facilita que desarrollen una mente crítica, ya que conocen todo
tipo de opiniones y perspectivas. Sin embargo, no toda la información que hay
en Internet está verificada y por lo tanto, no es 100% fiable.
Por lo tanto, es responsabilidad del docente asegurarse, no
sólo de que los niños aprendan a usar los aparatos electrónicos, sino que
también los niños adquieran estrategias de búsqueda y de localización de
fuentes fiables en la red. Una vez aprendido esto, los niños deben tener la
capacidad de seleccionar la información más acertada, y analizarla para
llevarla a su terreno.
A pesar de que las tecnologías están al alcance de la mano
de muchos, no todas las familias pueden aportar a sus hijos los aparatos más
novedosos, y esto provoca que haya desigualdad en la escuela y en la sociedad.
Cada vez se mandan más trabajos vía Internet, y esto puede causar que niños
cuya familia no tenga suficiente dinero para aportar esos recursos en casa, se
quede atrás. Sin embargo, creemos que las tecnologías también están siendo
facilitadas en medios públicos y privadas, como las bibliotecas, o zonas con
WiFi, y por lo tanto, si realmente se busca hacer el trabajo, se intenta
conseguir esos recursos.
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